
Alma Delia Rodríguez Venegas
almadeliarv, con “v” de vida.
Mi Biografía

Desde siempre me ha motivado el anhelo de que el ser humano desde niño se desarrolle plenamente. Que este desarrollo sea llevado con la conciencia de todas las características que son necesarias y adecuadas para que su vida se logre con felicidad y satisfacción.
Pienso que en general todo proyecto emprendido por el ser humano siempre lleva una razón de fondo, un motivo que siempre comprende una gran importancia. Por consecuencia es lógico para mi considerar que la vida, como proyecto, debe albergar un plan de extraordinaria valía y de inconmensurable trascendencia.
Desde muy temprano en mi vida, me maravilló la relación entre las personas y cómo aprendemos desde la infancia unos de otros; cómo es que vamos formando una identidad desde el instante en el que comenzamos a vivir y cómo el tiempo y nuestras experiencias nos van llevando a identificar a través de observarnos, las características que son naturales en nosotros y la manera de expresarlas. Es de este modo que yo misma he encontrado el objetivo de mi vida a la edad de 12 años. En esa edad establecí que mi carrera y preparación, debería poder darme las acreditaciones educativas suficientes para colaborar profesionalmente en posibilidad de conducir a esa vida puesta en nuestras manos, hacia la felicidad que se merece.
Siempre me inquietaron las diferencias entre los padres, su aceptación y amabilidad, así como su intolerancia visible o incapacidad de escuchar a sus hijos, así como también entre los maestros hacia sus alumnos; observando a la manera de esos años, cómo eso tenía un impacto notable en el sentir de los niños a mi rededor. Así como también el concepto que percibía del adulto sobre el mismo niño y lo claro que este último puede ser en sus ideas desde muy temprano en su vida. Por lo cual, ser debidamente escuchado, observado y aceptado, por seguro le permitiría poder crecer en diversos aspectos de manera más amplia y en el momento más adecuado para su desarrollo.
Esto último lo he ido comprendiendo más a fondo con las experiencias y el paso de los años. Sin embargo, en ese momento, con 12, y motivada por la observación de mi propia naturaleza, fue que empecé a trabajar mientras estudiaba, haciendo una especie de servicio social todos los días incluyendo fines de semana, porque quería prepararme para hacer de esa idea un proyecto sólido, real y concreto.
Cuando veo un niño, el nacimiento de este, veo un ser con todo el anhelo de desarrollarse en plenitud. De lograr un propósito que, dentro de lo especifico que cada uno persiga, absolutamente está buscando la felicidad. Y que ese propósito, que es con el que cada niño nace, merece ser cubierto en un grado de excelencia.
Para mí como autora, como psicóloga y como ser humano, este proceso puede ser posible definitivamente de la mano del amor.
Después de estudiar diferentes cursos y talleres además de mi carrera, en relación al desarrollo infantil, de estimulación prenatal y temprana, psicomotricidad, psicología educativa, educación Montessori he continuado con una de estudios que aún sigo tomando, como la maestría en Neuropsicología clínica y otra en Coaching deportivo y yoga infantil. Todo esto para elaborar de una manera concreta, conocimientos que permitan a los padres llevar amor, de manera inteligente y ordenada, pero, sobre todo, llena de emociones, de hermosas, gentiles y bellas frecuencias emocionales a la relación con sus hijos.
A partir de esperar a ser madre, para poder incluir esta experiencia, al trabajo que hace años comencé, es que este proyecto comenzó a ser formal y tener un nombre, el cual ha sido, Editorial Papagayo.
En la trayectoria de nuestro trabajo como editorial, hemos participado en la FIL (Feria Internacional del libro) una feria de amplio formato que se desarrolla en Guadalajara México, así como en diferentes programas y con diferentes libros ahora impresos, de los que tenemos más por imprimirse.
De esta editorial, ha surgido un proyecto al cual hemos llamado “Las Células amorosas de Educar con Amor Sistema”. Un proyecto en el cual deseamos con todo el amor que tenemos que, a partir de sembrar una semilla en el corazón de cada uno que participe y nos acompañé, se pueda multiplicar toda esta información e intención que tenemos en nuestro equipo de amor hacia la vida.
Esa vida que está en nuestras manos cuidar, proteger, amar, acunar, desarrollar, defender, y poder ver cómo se realiza en ella misma, y cómo nosotros realizamos también nuestra propia aportación en ella, a través de lograr que un pequeño ser a partir de nosotros llámese hijo, alumno, hermano y todo niño que tenemos cerca, con esa semilla que puede empezar en nosotros y sembrada después en ellos, florece, ¡florece!, florece infinitamente, dejando en su paso, todo lo que el ser humano merece vivir y expresar:
Belleza, dulzura, encanto, satisfacciones, felicidad, alegrías y una serie de logros que, siendo compartidos entre unos y otros, favorezcan de manera definitiva, la vida, de la cual todos formamos parte.
Siempre entendí, que el cambio, es producto de una transformación personal y que, a partir de esa trasformación real es que una verdadera revolución se logra y se construye.
Es por eso que a través de esta “Red de células amorosas” busco, junto con mi equipo, impulsar y desarrollar una transformación real y verdadera, que comience en el seno de la familia, en el corazón de una madre amorosa, de un padre tierno, de seres conscientes que puedan ver en sus hijos la belleza, el amor, el encanto, la ternura y la alegría que en ellos florece.
Decirte a ti papá y mamá que me lees, que, así como esos hijos te permiten como padre y madre descubrir el mundo, te permitas también tú, a través de esa belleza que es la vida en tus brazos, aprender a cuidarla y protegerla para que siga expresándose y desarrollándose de esa manera tan hermosa, siempre.
Ese es mi anhelo y lo que me motiva, que el amor pueda llenar los corazones, familias y hogares de cada niño que recibimos en este mundo, desde el momento de su concepción. Para que su vida sea basta de amor y alegría y logros y éxitos y realizaciones.
Y espero que ese mismo amor que se ha puesto en nuestro trabajo, pueda llegar a cada padre y madre, que se acerque a nuestros talleres o que prefiera nuestros libros como herramienta. Y que siendo tú, papá y mamá, la guía más importante con la que cuentan tus hijos, comiences a partir ti mismo, el germinar de una hermosa semilla, sembrada para el bien personal y para el florecer en aquellos que son tus hijos, a quienes tantas amas.
Con profundo amor y gratitud,
Alma Delia Rodríguez Venegas – almadeliarv, con “v” de vida.